martes, 22 de noviembre de 2011

De Festivales y vetos....


El Festival de Cine en Cuba siempre fue uno de mis eventos favoritos. Todavía hoy la nostalgia me muerde cuando leo en internet la promoción de su próxima edición.

La curiosidad de asormarnos a un mundo que nos estaba vetado y tener una visión de la vida fuera de nuestra burbuja “revolucionaria”, de ver cómo otras personas podían vivir en esos mundos inseguros, que sólo en sueños e imaginación podíamos conocer nos daba la dosis de paciencia necesaria para permanecer horas a la puerta de un cine esperando nuestro turno.

Una visión totalmente diferente y real del mundo de hoy no me ha alejado de esas ansias de conocer lo que hace el cine cubano. Ya no tanto el cine latinoamericano sino mas bien el orgullo y la nostalgia me hacen seguir cada una de las obras cinematográficas que cuentan con la palabra Cuba en cualquier parte de su realización, y seguir los blogs cubanos que tocan la temática en cuestión.

El blog de Eduardo del Llano ha sido uno de mis preferidos desde sus inicios. El personaje de Nicanor me fascina por su forma de enfrentar la vida en nuestra isla con la ingenuidad y sinceridad tan propias del cubano. Quizá esto se deba en parte a que me recuerda un poco a un Nicanor de carne y huesos que tuve la oportunidad de conocer. Aunque este, el Nicanor real, es médico se me asemejan mucho en su forma de vivir, en su patriotismo, no patriotero y en su cubanía profundamente arraigada.

Admiro cada entrega de Eduardo del Llano, su coherencia y valentía por hacer y expresar lo que muchos sentimos, callamos u omitimos en algún momento. Lamento que su opera prima no haya sido admitida en competencia y estoy segura, aún sin haberla visto, que es una decisión injusta.

A pesar de ser lectora asidua de su Blog solo me decidí a comentar en el mismo recientemente y una vez mas lo admiré porque mis comentarios salían a luz pública casi de inmediato y esto me animó a seguir comentando con la honestidad  a que me he acostumbrado en estos años de vivir en democracia y libertad.

Pero me aguardaba una sorpresa desagradable, para reafirmarme una vez mas que nunca estuve equivocada al decidir abandonar mi bella y maltratada isla. Resultó ser que el creador del personaje Nicanor, que no es Nicanor, después de mi último comentario en el blog y a pesar de que fui acusada de irrespetuosa, injustamente a mi modo de ver, decidió no publicar mi respuesta. Entiendo entonces que he sido declarada persona no grata en su blog, por el simple hecho de llamar a las cosas por su nombre. Paradojas del destino.

Hoy cuando miro el blog de Eduardo, al que seguiré accediendo porque lo considero interesante, creo ver en cada esquina a Nicanor, el real, haciéndome un guiño complice como pidiéndome comprensión.

Te entiendo Nicanor y te aseguro que no volveré  a pecar, al menos en el blog de Eduardo.